Sabes Señor, escucho las palabras y el pensar de aquellos que dicen que tú no existes. No los juzgo, alguna circunstancia en su vida los ha decepcionado y talvez no han comprendido el porque de esa situación. Con compasión les miro, cuanto me gustaría que se complazcan en ti.
Al escuchar sus palabras mi corazón se angustio y me dije a mi misma:
Como no creer en ti, habiendo sentido tus brazos que me rodearon en
Aquel rincón de angustia y soledad.
Como no creer en ti, habiendo escuchado claramente tu voz en aquel preciso y oportuno momento. Voz que nadie silenciara, la cual me dio paz.
Como negar tu existencia, viendo el milagro de la vida crecer
dentro de mí.
Como olvidar que estuviste siempre aquí, aunque vagando sin entender andaba yo.
Acaso las cosas, la vida, las personas se generan solas y por si mismas se mantienen como muchos lo afirman; entonces que me muestren como logran ellos mismos hacer toda la creación hecha ya por el creador de todo, tan perfecta, tan sublime. No los juzgo pero no comparto su pensar y pienso:
Como no creer en ti, oh Señor, que aun en mis
días más oscuros, tu luz entra a envolver mi ser; entras a levantarme
y a decirme que no es el final, mostrándome una salida.
Como no creer en ti, si tu lo llenas todo,
porque que seria de mi, si no estuvieras aquí.
Aunque ellos te nieguen, yo no lo haré, aunque ellos se olviden de ti, yo no lo haré, porque no solo te conocí leyendo sobre ti, también te conocí en aquella oscuridad, de la cual me sacaste, dándome libertad, libertad que no se compara ni con la perla mas preciosa que pueda existir.
Libertad y vida que solo tu, oh mi Dios, puedes dar,
Te alabo, te adoro a ti oh Jesús, mi Salvador
Ojala, algún día, ellos también crean en ti,
porque como no creer en ti.
Aunque las circunstancias que pasamos muchas veces no nos permiten ver a Dios, te digo El esta junto a ti, sosteniendo tu mano.
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